El LHC quiere encontrar a Dios [Veredicto: Ahí es nada]

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El LHC es el mayor, más caro, potente y por supuesto bonito acelerador de partículas del mundo. Esta construido en el CERN, un complejo científico construido en la frontera entre Francia y Suiza. Prácticamente desde su inauguración sufrió una serie de fallos que obligó a mantenerlo parado y llevar a cabo costosas reparaciones pero desde hace unos meses, a finales del año pasado, está a pleno funcionamiento. Y la verdad es que desde entonces raro es el mes en el que no recibimos alguna buena noticias provenientes de los cerebritos del CERN.

El Atlas, uno de los cuatro detectores que forman el LHC, empezó a lanzar datos en marzo y ya se han obtenido resultados significativos. Los experimentos que se llevan a cabo en el acelerador, simplificándolos mucho pero mucho, mucho, se tratan de hacer chocar partículas elementales, protones, electrones y neutrones y átomos entre sí a velocidades cercanas a la luz. Mediante estos choques se producen desde pequeños agujeros negros hasta aproximaciones, salvando las distancias, al Big Bang.

El problema es que realmente no sabemos lo que buscamos, y eso es lo bueno del Atlas. Mientras que los otros detectores del LHC están especializados el Atlas detecta todo, con lo que detecta hasta lo que no conocemos. Y es que después de tanta investigación e inteligencia aplicada a explicar cómo se formó todo lo que conocemos apenas sabemos nada de cómo se formó en Universo en el momento del Big Bang. Y ahí entra a jugar el Bosón de Higgs.

Esta partícula se espera que sea la explicación a todas estas incógnitas y por lo menos máquinas para averiguarlo tenemos y los científicos del CERN esperan que este sea el año esperado para su descubrimiento y explicación de como Dios creo el Universo. – Yeray Alfageme

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Autor: Yealfa