El Plan ¿Avanza?

Regulación

El desarrollo tecnológico de nuestro país depende del éxito de este proyecto cuyo fin último es cumplir con la Agenda de Lisboa.

Para bien o para mal, todas nuestras opciones de poder cumplir con la “apretada” Agenda de Lisboa en lo que a desarrollo de la Sociedad de la Información se refiere, dependen del llamado Plan Avanza, un proyecto de grandes dimensiones aprobado por el Consejo de Ministros el 4 de noviembre de 2005, cuyos objetivos, que se resumen en el último y fundamental, que es el de que España no pierda el tren europeo en materia tecnológica, podrían y deberían haber sido, sin embargo, mucho más ambiciosos.

Países que en este campo están a nuestro nivel (o incluso por debajo de él) se han marcado objetivos que están por encima de los fijados por España. Así, según datos del último informe eEspaña que publica la Fundación Orange, los vecinos de Portugal quieren que para 2010 el 50% de los hogares lusos tengan acceso a la banda ancha, mientras que en España el objetivo propuesto por el Plan Avanza es llegar como mucho al 45%.

Otro caso que evidencia esta falta de ambición –más incomprensible aún teniendo en cuenta que la meta es la convergencia, el desarrollo y la reducción de la brecha que nos separa de los que están por encima- es el hecho de que un país como Estonia se fije como objetivo que el 70% de los hogares tengan acceso a Internet, cuando el objetivo en España es del 62%, o que el gasto TIC como porcentaje del PIB sea igual al 15%, siendo el objetivo en España del 7%. ¿Consiste acaso el Plan Avanza en que los países que están por detrás nos adelanten?, ¿acaso se trata de ir más lento para que los que están a la cola puedan superar un obstáculo tan incómodo para el progreso comunitario como es la brecha digital?

Uno podría pensar que el nombre folklórico que se le ha dado a este “Plan 2006-2010 para el desarrollo de la Sociedad de la Información y de Convergencia con Europa y entre Comunidades Autónomas y Ciudades Autónomas”, que es como se conoce de forma técnica y aburrida al Plan Avanza, no es el más apropiado. Sin embargo, lo cierto es que en estos últimos años España no ha cesado de “avanzar”, porque, a pesar de que lo haya hecho “a remolque” de unos objetivos sedados, el sector TIC se ha visto irremediablemente impulsado por un presupuesto millonario enteramente dedicado a estas lides.

Como ha recordado el director general para el Desarrollo de la Sociedad de Información, David Cierco, en declaraciones a VNUNet.es, “ya somos pioneros en identidad digital, en implantación de la TDT, en cobertura de banda ancha, en administración electrónica y en sanidad y educación en línea. Además, hemos mejorado notablemente nuestra capacidad tecnológica y nuestro sector TIC crece el doble que la media del resto de los sectores de nuestra economía”.

Sin embargo, el éxito de un proyecto como el Plan Avanza, que se compone de centenares de actuaciones, programas y políticas en diversos ámbitos, depende únicamente de la consecución de un objetivo: cumplir con los requisitos de Lisboa; por lo que es peligroso caer en la autosatisfacción por el simple hecho de que las empresas TIC estén recibiendo buenas ayudas, el carnet digital esté siendo un éxito o se haya convencido a los ciudadanos para que cambien su viejo televisor por uno con TDT. Todo esto iba implícito en un Plan, que, sin embargo, lo que pretende es acercar el nivel de crecimiento de las TIC españolas a los niveles europeos. De no conseguirse esto, por muchos avances que se hayan conseguido, el Plan Avanza habrá fracasado.

Por este motivo, resultan inquietantes las previsiones que en algunos estudios como el de la Fundación Orange se están haciendo sobre lo que venimos hablando. En este estudio se dice textualmente que “si España mantiene la velocidad de convergencia en Sociedad de la Información que lleva en estos momentos, existen una serie de objetivos que van a ser difícilmente alcanzables”. Y ello a pesar de que tales objetivos no son precisamente ambiciosos, al menos en comparación a los que se han marcado otros países europeos.

El estudio de la Fundación Orange pone en duda, por ejemplo, que podamos llegar al 7% del gasto en TIC como porcentaje del PIB, que consigamos que el 62% de los hogares esté conectado a Internet para 2010, o que aumente el número de empresas con páginas web o que compran en Internet; un objetivo este último para el cual se ha creado un programa específico llamado “Ninguna Empresa Sin Web”, al que ya se han adscrito 24.000 Pymes en nuestro país que ha pasado, gracias a esta iniciativa, de tener un 33% de empresas con web en 2003, a un 50% este año.

Son este tipo de iniciativas y actuaciones, que no están en la hoja de ruta inicial pero que el Plan Avanza al ser un proyecto de larga duración y de naturaleza actualizable va implementando allí donde hace falta, las que pueden, en un momento determinado, cambiar el rumbo anticipado por las predicciones de los analistas, y finalmente ir ganando las pequeñas batallas, de las que se compone un Plan que no debe acercarnos al futuro, sino introducirnos de lleno en él.

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