Manejado por las hábiles manos del cirujano que habitualmente se encarga de utilizar este robot para trastearnos en tan delicados lugares, este robot demuestra que son dos pinzas se puede conseguir un resultado más que satisfactorio a pesar del reducido tamaño del papel, que no contribuye precisamente a facilitar la tarea.
La comparación final con una pequeña moneda nos da el detalle de la magnitud de la tarea y contribuye a tranquilizar a los que tengan que frontar al mal trago a quienes tengan que pasar por las manos… ¡pinzas! del doctor. ─Antonio Rentero [TechFlash]
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