Los portátiles de Compaq y HP se enfrentan a un problema de coordinación. Unos 900.000 equipos de la empresa, recuérdese la fusión Compaq-Hewlett-Packard, junto con un número no precisado de unidades del chipset Grantsdale, recientemente presentado por Intel, sufren un problema de fabricación. Parece, así pues, que igual que los ricos también lloran, el margen de error de los grandes del sector origina tantas pérdidas -tanto a nivel económico como de prestigio- como en los estratos corporativos de menor influencia.
Los módulos de memoria defectuosos detectados por HP, y creados por compañías de la talla de Infineon o Micron Technology, entre otras, son los que pueden provocar el bloqueo del sistema cuando se emplean de manera simultánea con determinadas series de chipset de Intel. El sector TI se vuelve humano por una vez y como dicen los entendidos, afortunadamente para el usuario, a grandes males grandes remedios.
La solución no puede estar más cerca. Una vez el interesado compruebe los componentes de su ordenador en la página Web de HP, sólo tiene que sustituirlos con los que el fabricante le envíe por correo. Y al mal tiempo buena cara, porque de peores hemos salido con tantos desafíos tecnológicos como ofrece el panorama actual de la informática, con todo lo que queda por llegar.
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