La pareja rompió tras cinco meses de noviazgo, tras lo cual él, no como el más elegante de los caballeros, le cortó sus vestidos, le dijo “te voy a matar” y que era una “puta muerta”.
Semejante brote psicótico se plasmó digitalmente cuando al final decidió entrar a la cuenta de Facebook de ella. Ni corto ni perezoso cogió una foto de su ya ex novia, desnuda delante de un espejo, y la puso en lugar de su imagen de perfil. Acto seguido, hizo la cuenta pública, de modo que todo el mundo la pudo ver, hasta que pasadas 12 horas los señores del Caralibro cerraron la cuenta.
¡Doce horas! Eso en Internet, entre el propio Facebook, Twitter y gente conectada a servicios de chat es muchísimo tiempo. Imaginaos cómo se puede expandir el enlace por medio de gente que avisa a otra gente.
Los padres de Ashby lo describen como “intenso” y están de acuerdo con los 4 meses de prisión que le han sido impuestos. Según su madre:
“Y quizá cuando alguien piense en hacer algo así, recuerde que alguien acabó en prisión por ello y entonces diga: ‘Dios mío, no voy a hacerlo’.”
Ojalá, señora. — Javier G. Pereda [Stuff.co.nz]
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