La inversión en I+D ha sido uno de los puntos en los que mayor énfasis hemos mostrado desde estas líneas. Siempre hemos defendido que el liderazgo, la competitividad y el éxito están firmemente anclados a la investigación. Parece ser que este mensaje por fin ha calado entre las autoridades y las compañías.
Los últimos años han sido de lenta caída para grandes compañías europeas. Recordemos simplemente los casos de Alcatel y Siemens que han tenido que recortar sus plantillas para adaptarse a un mercado en alza, mientras que Japón y EEUU han podido salir ganando en esta situación.
La competitividad se ha convertido en una huidiza cuestión en la que intervienen multitud de factores. Quizá el principal de todos sea la investigación. Samsung, modelo coreano a imitar, lleva varios años siendo la vanguardia de la investigación. Si la Unión Europea quiere ser una economía competitiva, fuerte y dinámica, debe comenzar por potenciar la investigación. El resto de normas fiscales, monetarias, o de cualquier otro género sólo debe arropar a una tecnología de última generación y sin rival.
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