Google autocensura su servicio de búsquedas en China

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Las restricciones, encaminadas a evitar enfrentamientos con el Gobierno, podrían afectar también a la búsqueda de miles de términos y sitios Web.

Google ha anunciado que su nuevo lanzamiento en China no incluirá por el momento el acceso a servicios que puedan ser empleados para protestas sociales o políticas, como el correo electrónico, los chats o la creación de blogs. De hecho, la compañía, que ha perdido terreno con respecto a Baidu en el segundo mayor mercado mundial de Internet, ofrecerá inicialmente cuatro de sus servicios principales de búsqueda: Web, imágenes, noticias y local.

“Otros productos, como Gmail y Blogger, sólo se introducirán cuando nos hayamos asegurado de que podemos hacerlo de un modo que suponga un equilibrio adecuado entre nuestros compromisos para satisfacer los intereses de los usuarios, extender el acceso a la información y responder a las condiciones locales”, señala en un comunicado.

Según John Palfrey, uno de los principales investigadores en el proyecto OpenNet Initiative sobre la censura en la Red, las medidas implican el bloqueo de decenas de miles de términos de búsqueda en el país asiático. Palfrey considera a China “el régimen de censura más represivo en Internet”.

“Para operar desde China hemos eliminado algunos contenidos de los resultados de “Google.cn”, apunta la compañía. Entre los temas considerados “polémicos” se encuentran la secta Falun Gong y la independencia de Taiwan o el Tibet. No obstante, Google llevaba tiempo ofreciendo una versión completa en chino de su portal, disponible para usuarios de todo el mundo y administrada desde los ordenadores de su sede en California.

Con todo, directivos de la compañía han mostrado su confianza en que “Google.cn” pueda funcionar en los próximos meses desde instalaciones en China, con el fin de que los resultados de las búsquedas puedan mostrarse más rápidamente y de cumplir así las leyes locales sobre servicios Web.

Los sitios Web externos suelen sufrir disminuciones en su velocidad o bloqueos como consecuencia de un sistema, el “gran cortafuegos”, por el que China está en la práctica separada de la Red global. Esto permite a Pekín censurar los contenidos a los que tienen acceso sus ciudadanos y presionar a los proveedores de servicios para que se autocensuren a gran escala.