Harry Potter y la Orden del Fenix

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Esta inevitable versión del juego basado en el libro de J. Rowling sigue el patrón de las anteriores entregas sin demasiadas sorpresas.

Como la mayoría de los videojuegos basados en libros la última aventura de Harry parece algo aguada. Los gráficos son sosos, las escenas de vídeo son vergonzosamente malas y el modo de juego no está claro y es demasiado fácil.

Se supone que la secuencia que te adentra en juego tiene que ayudar al jugador a aprender algunos hechizos básicos, pero incluso los jugadores más jóvenes no se dejarán engañar por este intento pues el juego es extremadamente fácil. La mayor parte del tiempo podrás jugar como un joven mago, aunque durante unos breves interludios tendrás que asumir el papel de un mago más experimentado, lo que otorgará algo más de acción al juego.

Los personajes se pueden manejar adecuadamente con el teclado y el ratón, pero La Orden del Fenix también está disponible para PlayStation, Xbox 360 y Wii, y como la mayoría de los juegos multiplataforma, se juega mejor con gamepad.

La versión para PC es, probablemente, la mejor de las que están disponibles; y esto asumiendo que tengas una tarjeta gráfica decente, pero esto no dice realmente mucho. Los modelos de los personajes, particularmente, son algo débiles. Pero quizá lo pero de Harry Potter y la Orden del Fenix, es comunicar tipo de trama coherente. Si no has leído el libro, o visto la película, es probable que pases la mayor parte del juego intentando adivinar cómo continúa la historia. Lo cierto es que es improbable que alguien interesado en el juego no haya digerido la historia de alguna forma, por lo que este detalle tendrá poca importancia.

La estrella, por el contrario, es Hogwarts, cuyos gráficos rinden homenaje a la recreación cinematográfica del famoso colegio de magia. Podrás dedicar el tiempo que quieras para explorar cada rincón del colegio a tu antojo, descubriendo sus secretos y desbloqueando los premios de la Sala de los Trofeos.

Por lo demás, la nueva entrega de Harry Potter no ofrece ninguna sorpresa y es probable que aburra incluso a los seguidores del joven mago.

Carmen Agüera