Eso sí, prepara la billetera porque cada una de esas máscaras fotorealistas impresas en 3D y obra de la compañía nipona Real-F te va a costar la nada despreciable suma de 3.000 €.
Ellos lo llaman “fotografía tridimensional“, porque efectivamente ese es el resultado final. El método para conseguirlo es someter al rostro del sujeto a “caretear” a un proceso exhaustivo de fotografiado desde todos los ángulos. Posteriormente se imprime la imagene en un molde de resina con una tecnología capaz de reproducir hasta el más mínimo detalle de tu rostro, incluyendo el iris de los ojos, los vasos capilares que se perciban a través de la piel o hasta esa cicatriz de cuando te peleaste en 4º con el matón del cole.
El resultado da mucha cosica, pero ofrece lo que promete. ─[Real-f vía TechCrunch]
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