Jazztel reduce pérdidas en 2004

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Los ingresos de la compañía alcanzaron durante ese año los 205 millones de euros, un 10,6 por ciento menos que en 2003.

La operadora de telecomunicaciones Jazztel registró una pérdida neta de 97 millones de euros en el ejercicio 2004, lo que significa una reducción del 54 por ciento respecto al déficit de 201,1 millones de euros que contabilizó en 2003, según los datos preliminares y no auditados facilitados por la compañía.

Las pérdidas de 201,1 millones de euros registradas en el ejercicio 2003 se debieron en parte a los elementos extraordinarios negativos por importe de 102,6 millones de euros provenientes principalmente de una provisión realizada por la venta de la filial portuguesa, por depreciación de activos fijos y por baja de activos.

Asimismo, los ingresos alcanzaron en 2004 los 205 millones de euros, un 10,6 por ciento menos que en 2003, mientras que el resultado bruto de explotación (EBITDA) resultó negativo en 10 millones de euros, frente a la pérdida de 6,8 millones de euros del año anterior, según los resultados preliminares.

Por líneas de negocio, la actividad de telecomunicaciones minoristas aportó unos ingresos de 92 millones de euros y la de telecomunicaciones mayoristas 71 millones de euros. La filial de integración de redes, Adatel, contribuyó con 9 millones de euros y CCS, subsidiaria de software, totalizó unos ingresos de 34 millones de euros.

Bajo este contexto, el presidente de la compañía, Leopoldo Fernández Pujals, ha asegurado que Jazztel “no tendrá problemas” para conseguir la financiación que necesita para implementar su plan de negocio, que cifra entre 150 y 200 millones de euros. De hecho, la empresa cuenta con dos bancos interesados en convertirse en su socio financiero y, por otra parte, baraja la posibilidad de realizar una nueva emisión de bonos convertibles, después de que la semana pasada se produjera la cancelación de todos los bonos convertibles en circulación de la anterior emisión.

Según Fernández Pujals, la decisión sobre la posibilidad de recurrir a este mecanismo de financiación se tomará “meticulosamente y con mucho cuidado”, dado que comporta una dilución del valor de la acción. “Si se produce una dilución el más perjudicado soy yo”, recordó el máximo accionista de la compañía, que controla el 24,9 por ciento del capital.