La elección de los medios de pago, clave para vender más en Internet

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Fernando Aparicio, director general de PayPal en España, analiza las causas por las que los consumidores españoles no confían aún en el comercio online.

Son cada vez más las compañías que, a la vista de la coyuntura económica desfavorable en la que nos encontramos, apuntan hacia el mercado online como un medio, no sólo para mantener, sino también para incrementar sus beneficios.

Y no es de extrañar, si tenemos en cuenta que la Red permite ofrecer un escaparate de productos accesible para el potencial cliente, con independencia del lugar en el que éste se encuentre y disponible a cualquier hora, a unos menores costes operativos. Además, el comercio electrónico se ha visto favorecido en los últimos tiempos por el fenómeno de las redes sociales y el auge de los blogs, ya que cada vez son más los usuarios que intercambian on line sus opiniones sobre productos y servicios con otros consumidores, promoviendo, en definitiva las transacciones electrónicas.

De ahí que el próximo 17 de mayo, fecha en la que se celebra el día de Internet, uno de los grandes protagonistas sea el segmento empresarial, un sector que tiene muchas posibilidades en la Red, sobre todo, en aras a enfrentarse a los embistes de la crisis.

No obstante, y para aprovechar al máximo las ventajas que Internet ofrece a las compañías, es fundamental analizar las causas por las que los consumidores españoles se siguen mostrando reticentes a comprar a través de Internet si comparamos sus hábitos con los de los internautas franceses o británicos, por ejemplo: la menor penetración de la Red en nuestro país en comparación con la media europea y la desconfianza del comprador a la hora de introducir sus datos bancarios en una web.

El abaratamiento de la banda ancha es un elemento decisivo para superar el primer obstáculo y, a día de hoy, se puede decir que los precios son lo suficientemente asequibles para no considerarse ya una gran barrera.

En cuanto a la seguridad, hay dos grandes aspectos a tener en cuenta: por un lado, la importancia de educar a los usuarios para que identifiquen aquellas webs o mensajes comerciales claramente engañosos y, por otro lado, la necesidad de que las compañías que desarrollen su actividad comercial online puedan ofrecer a sus clientes los medios necesarios para que compren con total seguridad, pero también de una forma sencilla y rápida.

A los condicionantes anteriores, además, se suma el hándicap de que, aunque el mercado doméstico a través de Internet continúa creciendo en nuestro país, la oferta de comercio electrónico sigue siendo aún mayoritariamente de importación. Esta circunstancia repercute directamente en una mayor desconfianza del comprador, que teme no poder reclamar en caso de sufrir algún contratiempo, al tratarse de empresas radicadas en otros países. Por ello, la elección del mayor número de medios de pago seguros por parte de los vendedores online influye directamente en el mayor o menor éxito de los proyectos.

En consecuencia, el objetivo no es limitar el número de medios de pago y optar, por ejemplo, sólo por las habituales pasarelas de pago que ofrecen las entidades bancarias, sino ofrecer al consumidor, opciones incluso más seguras y convenientes, en términos de tiempo y sencillez.

En este sentido, no sólo hay que tener en cuenta el coste por transacción que supone cada medio, sino el incremento de ventas que puede aportar. Así, si el comprador tiene la seguridad de que su información financiera no viaja por la Red cada vez que realiza una compra, ni la comparte con las webs en las que está realizando la transacción, sino que sólo la tiene la entidad intermediaria del pago en cuestión, estará más dispuesto a comprar a través de Internet.

En definitiva, si bien es cierto que Internet abre un inmenso abanico de posibilidades para las empresas, también plantea nuevas exigencias en materia de seguridad, así como un necesario cambio de mentalidad, no sólo por parte del consumidor, que debe acostumbrarse a este entorno comercial y abandonar la pertinaz desconfianza al medio online, sino también por parte de las compañías, que deben considerar las nuevas necesidades de los usuarios de Internet para proporcionarles un servicio 100% satisfactorio.

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