La carcasa cuenta con cuatro funciones principales: la primera, más evidente, es protegerlo de golpes y accidentes mientras te sigue dejando usar la pantalla táctil, aunque los puertos y conexiones quedan inaccesibles.
La segunda es una batería adicional, que te permitirá usar tu iPhone aún durante más tiempo sin necesidad de conectarlo a la red eléctrica.
La tercera es un receptor GPS, que aunque tiene más utilidad para los modelos anteriores al 3G y 3GS, es bastante más potente y preciso que el de estos modelos.
La cuarta es que convierte a tu iPhone en un móvil a prueba de agua, vale que permitirle una inmersión de 1 metro durante 30 minutos no es algo espectacular, pero al menos lo hace inmune a los accidentes piscineros.
Todo esto por “sólo” 200 dólares y el aumento en prácticamente un 400% de su anchura. Dos razones en contra considerables ¿Vosotros qué opináis, merece la pena proteger tanto un iPhone?— :Dani Burón
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