La Green IT avanza con el Día de la Tierra

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La tecnología es responsable del 2% de las emisiones de CO², pero tiene el potencial de reducir el 15% de las emisiones en otros sectores, lo que supondría un ahorro estimado de 600.000 millones de euros para el año 2020.

El Día de la Tierra, o Día del Planeta, es una celebración que se inició el 22 de abril de 1970 a instancias del senador estadounidense Gaylord Nelson, activista medioambiental que abogaba por crear una agencia sobre el medioambiente. En sus primeros tiempos las celebraciones se hicieron en entornos educativos, hasta la creación de la Environmental Protection Agency (Agencia de Protección Ambiental) en Estados Unidos y la celebración de la primera conferencia internacional sobre el medio ambiente en Estocolmo, en 1972, que pretendía sensibilizar a los líderes mundiales sobre los problemas medioambientales y animarles a establecer las políticas necesarias para luchar contra ellos.

Han pasado muchos años desde entonces y los adelantos han tardado en llegar, pero en la última década se ha avanzado mucho. El sector TI, junto con el automovilístico, han sido dos grandes motores de esta nueva era en la que prima el cuidado por el medio ambiente. Respecto a los coches nos limitaremos a señalar los avances en torno a los vehículos híbridos, que con sus dos motores (de combustión y eléctrico) han reducido al mínimo las emisiones de CO2 a la atmósfera, y de los vehículos eléctricos, cada vez más numerosos, y que se plantean como una alternativa viable aunque más extendida en entornos urbanos.

En cuanto a la Green IT, que es como se ha denominado el movimiento a favor del medio ambiente en el sector de TI, de tecnologías de la información, la evolución ha sido enorme en los últimos años, no sólo en cuanto a la reducción del consumo, sino al empleo de materiales reciclados y reciclables, o un mayor cuidado por el ‘packaging’ de los productos, evitando la utilización de determinados materiales perjudiciales para el medio ambiente.

En lo relativo al sector TI, uno de los mayores esfuerzos para reducir el consumo se está realizando en los centros de datos. El hecho de que año tras año se incremente la cantidad de información hace que los centros de datos tengan que ser cada vez más grandes, capaces que gestionar la ingente cantidad de datos que empresas y usuarios generan. Hace ya un par de años que las empresas de investigación advirtieron que el mayor coste de un centro de datos iba a ser la factura de la luz y no tanto la inversión en hardware, porque al coste de hacer funcionar los servidores había que sumar el de los sistemas de refrigeración que mantienen los centros de datos a una temperatura adecuada.

Las empresas se apresuraron a hacer los deberes y rápidamente los fabricantes de procesadores se centraron en el ahorro energético más que en la potencia del chip, un aspecto que evidentemente no se ha dejado de lado, pero que ha corrido parejo al consumo del procesador. Enseguida aparecieron los chips de “Low Voltaje” que reducían su consumo de energía al mínimo.

Además, se iniciaron investigaciones relativas a la refrigeración. Entre las propuestas, llevar los centros de datos a lugares fríos, con temperaturas lo suficientemente bajas como para enfriar las salas de procesadores mediante turbinas que hicieran circular el aire que, una vez caliente pudiera servir como calefacción en las oficinas del centro da datos. Otros plantearon situarlos en lugares cercanos al mar y servirse de las frías aguas del océano para enfriar los centros de datos mediante tubo que recogería el agua del fondo y que se haría circular para enfriar los servidores.

Los avances han sido múltiples y numerosos y para demostrar el grado de compromiso de las compañías, recordar que a principios de este mes un grupo de industrias y varios países, entre los que se encuentra Estados Unidos, Europa y Japón, acordaron establecer una métrica común para medir la eficiencia energética de los centros de datos que ofrezca a las empresas un criterio para evaluar la eficiencia de sus propios data centers y medir la efectividad de las técnicas de ahorro de energía empleadas por otras instalaciones.

Sin embargo, en el 40 aniversario del Día de la Tierra, los expertos advierten de que, aunque las empresas del sector TI ha realizado grandes progresos a la hora de adoptar medidas ‘verdes’, sigue quedando mucho trabajo por hacer.

Un reciente informe de Greenpeace, ‘Make IT Green’, afirmó que las compañías que ofrecen servicios en la nube necesitan dejar de utilizar fuentes de energía calificadas como ‘sucias’, como el carbón, y adoptar fuentes de energía renovables.

En el informe se citaba la fábrica de Apple situada en Carolina del Norte, que utilizaba el 3,8% de energías renovables mientras que el carbón es utilizado para generar el 50,75% de su energía y lo nuclear en otro 38,7%; por su parte, el centro de datos de Microsoft en Texas utiliza un 11% de energías renovables.

En otro informe se afirmaban que la ‘cloud computing’ necesitará 1.963 millones de kw/h de electricidad para dar energía a los centros de datos e infraestructura de telecomunicaciones para alojar sus servicios en 2020, lo que supone un incremento de tres veces la cantidad de energía utilizada en 2007.

Por el contrario, hay quienes afirman que, a pesar de estas cifras, el sector TI ya ha recorrido mucho camino para rendir culto al medioambiente. Desde Gartner afirman que “l as cosas han mejorado un montón desde 2005, cuando las empresas no se hacían preguntas sobre la eficiencia energética de un producto”.

Muchos opinan también que la recesión ha ayudado al medio ambiente, que ha despertado la atención por la ‘Green IT’, porque ha llamado la atención sobre los costes de la energía utilizada y eso ha llevado a mayores inversiones que mejorarán el rendimiento energético de muchos productos.

No toda la apuesta por el medio ambiente se hace en entornos ‘cloud’ o grandes centros de datos. Empresas como Asus celebraba el Día de la Tierra anunciando una línea de portátiles ecológicos, la Asus U Series Bamboo Collection que llegarán al mercado en junio. La clave de estos portátiles es el uso de bambú en sus chasis, lo que ahorra un 20% de plásticos para su fabricación.

Según explican desde Asus el bambú tiene una velocidad de crecimiento muy superior a la de la madera, absorbe cuatro veces más CO2 y generar un 35% más de oxígeno. Su rendimiento y aprovechamiento del terreno es también tres veces superior, y puede ser cosechado sin necesidad de replantarlo.

Cisco también ha querido hacer su particular propuesta para el medioambiente anunciando una serie de consejos que permitirán a las empresas aumentar su compromiso con el medioambiente recordando que la tecnología es responsable del 2 por ciento de las emisiones de CO² a escala global, pero tiene el potencial de reducir el 15 por ciento de dichas emisiones en otros sectores, lo que supondría un ahorro estimado de 600.000 millones de euros para el año 2020.

Entre los consejos de Cisco apagar los equipos cuando no se utilizan y controlar su consumo, considerar la creación de redes y equipos mediante virtualización, sustituir viajes de negocio por herramientas de colaboración remota, utilizar equipos más eficientes y reciclar la basura electrónica.

A través de su Ovi Tienda, Nokia propone, para celebrar el Día de la Tierra, una serie de aplicaciones ‘verdes’ que pueden ayudar al usuario a ahorrar energía u ofrecer información sobre el cambio climático. Green Charging Save Energy, Battery Extender Lite, Green Explorer, WWF EcoGuru, Norbsoft SkyMap, 101 Green Tips o Climate Mission son algunas de las propuestas del fabricante de móviles.

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