La mayoría de los jóvenes españoles no utiliza las nuevas tecnologías

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Un último estudio subraya el uso masivo del móvil porque posibilita una conexión continua y porque los SMS son el medio de comunicación más barato y desinhibido.

La mayoría de los jóvenes españoles no utiliza todavía las nuevas tecnologías, a excepción del teléfono móvil. De hecho, sólo el 63,1 por ciento de los jóvenes de 15 a 29 años tiene ordenador y únicamente el 41,5 por ciento accede a Internet. Sin embargo, el móvil está totalmente generalizado y es utilizado por el 92,4 por ciento de los jóvenes entre 18 y 24 años.

Así se desprende de la investigación “Jóvenes y cultura messenger. Tecnología de la información y la comunicación en la sociedad interactiva”, elaborada por la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción, el Instituto de la Juventud y la Obra Social de Caja Madrid.

Respecto al móvil, los jóvenes dicen que lo usan de forma masiva porque posibilita una conexión continua y porque los SMS son el medio de comunicación más barato y desinhibido. Son los propios padres quienes propician su uso. No suelen usarlo para hablar, sino para quedar, para saber y hacer saber a los amigos que se está ahí, etc, según este informe.

En cuanto a Internet, los jóvenes lo creen útil para el ocio, trabajo, estudio y relaciones. Según esta investigación, es el canal de expresión y participación mejor valorado por el 51,9 por ciento de los jóvenes entre 15 y 24 años, seguido por los centros educativos (40,5 por ciento), los grandes medios de comunicación (29,5 por ciento) y los teléfonos móviles (27,4 por ciento).

Dentro de los instrumentos que ofrece la Red, el estudio confirma que los foros y “chats” están en franco declive y que el uso del “messenger” o mensajería instantánea “sube de forma imparable”. Así, un 24,2 por ciento de los jóvenes universitarios de 20 a 24 años afirman utilizar el messenger de forma diaria, frente al escaso 3,1 por ciento que utiliza diariamente los “chats”.

Por otro lado, según este estudio, las nuevas tecnologías ocultan las desigualdades y, sin embargo, producen importantes brechas generacionales y educativas. En concreto, abren una brecha entre adolescentes y jóvenes y sus padres, asumida por ambas partes y que tiende a perpetuar el “mito” de que las nuevas tecnologías son solo para los jóvenes. En segundo lugar, los autores aseguran que están empezando a detectarse brechas generacionales entre los propios jóvenes: los de menor edad, por ejemplo, utilizan tecnologías que el resto no conocen o no aprovechan al máximo.