Pues no es otro que la oxitocina (de la misma familia que la cocaína y la nicotina), esa hormona que les dan a las mujeres para facilitar el parto. El doctor Young cree que la oxitocina está en la raíz de la reacción bioquímica que empuja a los humanos a ser monógamos. Al parecer, incluso en su primera fase la oxitocina aumenta los sentimientos de confianza y empatía de los sujetos del estudio, mientras que un bloqueador de la oxitocina provoca que un monógamo pertinaz se convierta en un sátiro igual de pertinaz. Esto último no es cierto. Todavía. Porque igual que se acerca la pócima del amor, estará listo el antídoto.
Hay que decir que el estudio tiene como finalidad aumentar las habilidades sociales de pacientes autistas y esquizofrénicos, aunque los descubrimientos tendrán el mismo efecto en todos los humanos. ¿Las malas noticias? Dentro de poco, cuando salgas de parranda deberás tener más cuidado con lo que bebes y con quién lo bebes. O no, según lo que quieras conseguir. — Rafa M. Claudín [NYT]
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