Microsoft lanzó Kinect, un accesorio para su consola Xbox 360, al mercado el pasado mes de noviembre. Las ventas se suman por cientos de miles y su interés es tanto que pocos días después de su lanzamiento era hackeada, permitiendo que se utilizara con el ordenador, sin que por cierto a Microsoft le pareciera mal.
Pero la resolución de los sensores utilizados por Kinect para monitorizar los movimientos de los jugadores está limitado por el firmware a una resolución de 320×240 y 30 frames por segundo.
El equipo de Microsoft Kinect está trabajando para incrementar la resolución del sensor hasta los 640×480, lo que cuadruplicaría su fiabilidad y daría al sensor la la resolución necesaria para detectar los dedos y la rotación de la mano.
Las razones de que esto no se haya hecho antes tienen que ver con el hecho de que varios dispositivos USB pueden utilizarse al mismo tiempo. Aunque Kinect captura el movimiento de los usuarios de una manera muy sofisticadas, sólo se pueden enviar 15MB de datos de la cámara a la consola cada segundo, lo que es menos de la mitad de lo que es posible en una conexión USB, que es lo que utiliza Kinect.
La revista especializada Eurogamer asegura que Microsoft está trabajando para que haya más ancho de banda, aunque por el momento no hay comentarios oficiales por parte de Microsoft a las afirmaciones de la publicación.
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