L.A. Rush

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La producción cual morcillas de nuevos juegos de competición callejera con toques de personalización y música rap de fondo sigue en buena forma, y LA Rush no es más que otro ejemplo de ello.

Si bien hace ya un tiempo juegos como Need For Speed Underground pusieron este género de moda, consiguiéndolo además con un buen nivel técnico y mucho trabajo por parte de los equipos desarrolladores, resulta inevitable que surjan de otras fuentes productos de inspiración similar pero de resultados algo más cuestionables.

LA Rush no se come la cabeza en el planteamiento de la historia: corredor super-rico y super-cool pierde todo ante un rival que usa cualquier artimaña sucia que sea necesaria para hacerse con los bienes del protagonista. Éste se queda más bien pelado, únicamente con un coche bastante básico, pero que le trae buenos recuerdos dado que fue el primero que utilizó en el mundillo de estas carreras para trepar a lo más alto.

El desarrollo tampoco aporta nada especialmente impresionante: habrá que ganarse la panoja en toda clase de carreras en las calles para ir modificando nuestro coche tanto visual como mecánicamente (de mano de West Coast Customs, los del programa Pimp my Ride de la MTV) para que pueda hacer morder el polvo a los rivales. También podremos conseguir nuevos carros cuando comprobemos que el que llevamos ya no da más de sí contra competidores más avanzados.

Diversión por las calles de Los Ángeles

Las buenas noticias vienen de la jugabilidad: tanto el manejo de los vehículos en sí como el diseño de las carreras resultan suficientemente buenos como para que a pesar de que el resultado general no sea maravilloso, sí que resulte divertido. Se echan de menos aspectos como poder personalizar a nuestro gusto el coche (ya que serán los del taller los que decidan que tocar en todos los sentidos), más en la línea de otros títulos como el ya nombrado NFS Underground, Most Wanted u otros como Street Racing Syndicate.

Gráficamente el juego cumple muy bien su función: buen modelado de los vehículos y de los entornos por los que nos movemos, con escenas intermedias aprovechando el propio motor del juego para dar algo de cuerpo a una historia predecible y tonta pero que ayuda a sumergirse en la acción. Quizá la parte mas destacable son los choques en los que sin duda nos veremos envueltos más de una vez: espectacular el resultado conseguido, si bien poder disfrutarlo no serán buenas noticias para el desarrollo de nuestras carreras. También resulta notable el esfuerzo realizado a la hora de intentar recrear una ciudad tan enorme como Los Ángeles, por lo que podremos disfrutar de carreras en un entorno realmente extenso.

El sonido también está a la altura, con diferentes tonos para los rugidos de motor de distintos modelos, efectos de acompañamiento de muy buen nivel durante las feroces persecuciones callejeras, y como guinda final de una banda sonora típica formada por temas hip-hop, techno y rock.

En resumidas cuentas, tanto títulos anteriores como otros que recientemente están siendo lanzados han conseguido resultados globales (e individuales) muy superiores a LA Rush. Esto no significa sin embargo que no sea un juego divertido, y es probable que merezca la pena para un aficionado al género que ya esté harto de machacar una y otra vez los títulos que ya tenía en cartera.

Julio Canto Valle