El comercio de las falsificaciones de software, productos tecnológicos, cosméticos y medicamentos, entre otros artículos, llegó en 2005 a mover 150.000 millones de euros. De este mercado ilegal, un 60% de los productos falsificados que requisan las aduanas europeas proviene de China.
Para acabar con este negocio que vulnera los derechos de propiedad intelectual, la Eurocámara considera que las herramientas son el aumento de la concienciación de los consumidores, el refuerzo del poder adquisitivo y la lucha contra la manipulación empresarial de los precios. Además, ha fijado el establecimiento de unas sanciones mínimas en la legislación europea contra la falsificación de productos.
Los parlamentarios han pedido a la Comisión Europea que trabaje junto al gobierno chino para luchar contra las falsificaciones, potenciando la cooperación entre las aduanas y multiplicando los esfuerzos para perseguir a aquellos que violen los derechos de propiedad intelectual.
En 2007, las autoridades aduaneras de la UE incautaron un 17% más de productos que violaban los derechos de propiedad intelectual que el año anterior.
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