Si uno se para a pensar, la verdad es que estos “bichitos” están viendo una escala meteórica en su sistema de reproducción. Vale que no se apareen entre ellos ni nada parecido, pero lo cierto es que de una manera han conseguido convencer a muchos de que los creen.
De una idea creada con tubos de PVC de forma artesanal han pasado a ser impresos tridimensionalmente en una sola pieza que no necesita ensamblaje, tan sólo la separación del bloque y limpieza para que sus 76 partes articuladas cobren “vida”.
Lo genial de esto es ver como la información digital de su diseño se han convertido en una especie de ADN que se puede modificar permitiendo una evolución rapidísima gracias a la creación de nuevos individuos de forma casi automática.
Madre mía, lo mismo nos tenemos que empezar a preocupar de ser invadidos pero mientras os dejo un vídeo de uno de estos bichillos corriendo alegremente por ahí. Madre mía, aunque parece una extraña araña mecánica es muy bonico, ¿o no? Por sólo 105 dólares uno de ellos podrá ser tuyo.— Dani Burón [Shapeways]
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