El invento es bastante original, ya que permite crear tu propio ambiente. Puedes oír lo que tus colegas oyen: mejor que con unos auriculares; pero sin escuchar los mismos exitazos comerciales que tanto odias y repiten una y otra vez en todas partes (para satisfacer a las masas), o esa música estilo Los Sims.
Estas “duchas” de sonido tienen un funcionamiento simple: los clientes enchufan su iPhone o iPod en el nicho, y a escuchar se ha dicho. Por lo visto, los Burguer nipones no son un exitazo, vendiendo cada vez menos (si cuando yo digo que los japos van por delante en casi todo, es por algo) y con esta estrategia pretenden recuperar clientela.
Con esas bóvedas semiesféricas, podrás escuchar el chorro de música que desees; tan alta como quieras, sin molestar a nadie más. Disfruta de tu menú kilo-calórico con Plácido Domingo, Shakira o Dethklok. —Javier G. Pereda [Walker plus]
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