Las razones por las que Neil Armstrong no salió corriendo como loco al llegar a la Luna

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Casi 100º, en torno a unos 93º centígrados es la tempertura ambiente que los astronautas podían encontrar en la superficie lunar.

Sus trajes implementaban un (entonces) puntero sistema de refrigeración por circuito cerrado de agua que permitía que nuestra primera exploración lunar terminara con los héroes del Apolo XI volviendo a casa sanos y salvos en lugar de con un par de churrascos humanos en medio de los cráteres lunares.

El sistema era puntero pero experimental y los propios científicos que lo habían desarrollado no tenían muy claro si funcionaría a la perfección durante todo el tiempo necesario pues tampoco se dispuso de todo el tiempo que hubiera sido deseable par someterlos a test, así que aleccionaron bien a los astronautas para que no se alejasen demasiado del módulo lunar por si de pronto empezaban a sentir más calor de la cuenta y no les daba tiempo a llegar al mismo para ponerse a salvo de un hipotético fallo de ese sistema de refrigeración.

Igualmente al no alejarse del módulo permanecían visibles dentro del campo de las cámaras de vídeo de la propia nave y las instaladas en la propia superficie, así Armstrong y Aldrin estaban en todo momento bajo la vigilancia visual del control de la misión. Todo esto y mucho más lo podéis leer en una carta de Neil Armstrong, donde reconoce que en ese viaje no había lugar para la improvisación en las escasas 2 horas y 45 minutos que tenían para su primer paseo lunar.

Gracias a ese primer paseo en el que sirvieron como “ratones de laboratorio” las posteriores expediciones pudieron ampliar su radio de exploración. Termina Armostrong exhortando a que regresemos a la Luna. Lo contrario, dice, es como si las expediciones que descubrieron el Nuevo Mundo se hubieran quedado únicamente en el viaje de Colón porque “para qué volver, si ya hemos estado allí”.─Antonio Rentero [NPR]

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