Las startups y las grandes empresas, un matrimonio cada vez mejor avenido

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Correos, Bankia y Lanzadera desgranan en qué consisten sus proyectos de aceleración e incubación y cuáles han sido las principales barreras.

Las startups son los nuevos actores que han roto esa triple hélice formada por las grandes empresas, las universidades y la Administración, transformando no solo el viejo modelo sino a sus integrantes. Cada vez hay más compañías que incluyen dentro de sus organizaciones incubadoras, aceleradoras o brazos de capital riesgo verticales. Este ha sido uno de los tópicos que ha centrado la segunda jornada del Salón MiEmpresa y que se ha debatido en una mesa redonda en la que han participado Correos, Bankia y Lanzadera.

Correos ha sido la última en sumarse a esta ola. La firma de envíos postales y paquetería hace tiempo que decidió dar el salto al mundo digital y adentrarse en la innovación, sin embargo, no ha sido hasta el año pasado cuando decidió comenzar a mirar hacia las startups. En este momento cuentan con un centro en el madrileño barrio de Las Tablas dirigido a los emprendedores y un reto para cambiar la experiencia logística y la sociedad.

Al margen de ello acaban de poner en marcha CorreosLabs, una aceleradora de proyectos empresariales que tiene su origen en el emprendimiento interno y externo desarrollado en la empresa madre. Su primer proyecto es Reto Lehnica, un concurso para captar startups en fase de salida al mercado con los que establecer una relación de beneficio mútuo y a los que se les dotará con 30.000 euros. “Nos hemos tirado a la piscina, a ver qué tal nos sale. Tenemos dos meses. Este es el primer año que estamos de forma activa en el ecosistema”, reconoce Jordi Escruela, subdirector de Innovación de Correos.

Bankia comenzó con la innovación hace un año y medio, porque antes estaba “demasiado ocupada con otros problemas que todos sabéis”. En este momento, además del programa de aceleración (ya por su segunda convocatoria) que están llevando a cabo junto a Conector, también tiene su iniciativa Insomnia, alrededor del mundo fintech, de la cual están preparando una vertiente internacional. “El mercado bancario no es especialmente rentable. Las fintech tienen muy buenas ideas, diferentes y muy cercanas al usuario. Nosotros como banco disponemos de una gran escala y gracias a eso les proporcionamos proyección”, destaca Ignacio Cea, director corporativo de Estrategia e Innovación de Bankia.

El responsable de la entidad bancaria también señala que “las ‘big tech’, como Google y Facebook “no tienen demasiado interés por meterse en el negocio bancario, porque son demasiado grandes. Como mucho te ponen alguna cosa de por medio, como un comparador o una vía de pago”, añade.

Lanzadera, el proyecto impulsado por Juan Roig (Mercadona) es algo más veterano, pero su experiencia no le ha evitado tener que ir aprendiendo a base de ensayo-error. “Nos costó darnos cuenta de que no sabemos de todo y tampoco queremos saber de todo. Hoy en día somos pegamento entre gente buena en negocio e interesados en verticales. Hay veces que el emprendedor tiene una idea y lo que tiene es una ocurrencia. Contamos con gente buena, pero que no es tanto gestionando una empresa”, asegura su director general, Javier Jiménez. Lanzadera ha ido pivotando y su programa Inicia (ahora Garaje) ya no se sustenta en recibir buenas ideas, sino que se fija equipos y en que los proyectos tengan un modelo de negocio que proporcione dinero.

“Las ideas no valen para nada por sí solas, lo realmente importante son las personas. Importa que haya una capacidad real de ejecución de algunas personas. Tienen que existir un líder clarísimo y personas con capacidades que lo apoyen”, insiste Jiménez, quien también está convencido de que en España hay dinero y buenos proyectos. “Sin embargo, los primeros se miden en litros y los segundos en kilos, no obstante, llegarán a confluir en algún momento”, vaticina.

El muro de la regulación

En el caso de Correos y Bankia ambas compañías cuentan con algo en común: las numerosas regulaciones a las que están sometidas, la primera por ser una empresa pública y la segunda por su actividad, sujeta a varios organismos. Debido a estas barreras, no les es tan sencillo codearse con los emprendedores, aunque ambas lo están logrando. Desde Bankia aseguran que están trabajando para poner en marcha un fondo de venture capital “como el que tienen otros bancos”.

La compañía postal quiere cambiar su imagen y que se la vea como una plataforma sobre la que construir servicios. Uno de sus principales valores son las personas, que se desplazan todos los días por las ciudades. Así, como caso de éxito cuentan que se les ocurrió sensorizar sus carritos para que pudieran ir midiendo la calidad del aire. Esta iniciativa se puso en marcha hace unos meses gracias al arranque respecto a las smart cities de Málaga, pero podría extenderse a otras urbes de nuestro país. Esta tecnología, desarrollada por una empresa externa se ofrece ahora en una app con la que cualquiera puede saber cuáles son las rutas más saludables y decidir por dónde moverse dentro de la ciudad.

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