Las últimas palabras de Steve Jobs: "guau"

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El pasado 5 de octubre Mona Simpson , profesora universitaria en Los Ángeles, terminó una frenética carrera contra el reloj cuando entre taxis y aviones pudo llegar a tiempo a Palo Alto, cerca de San Francisco, para compartir los últimos momentos de vida de su hermano, Steve Jobs.

Jobs fue dado en adopción al nacer pero ya adulto consiguió encontrar a su familia biológica y restablecer la relación con su madre y su hermana, de quien fue padrino en su boda. Jobs le decía por teléfono que le quedaban pocos instantes de vida y que no llegaría a tiempo para despedirse, pero Mona lo consiguió.

Pudo escuchar como Steve Jobs le pedía perdón por no poder envejecer juntos, como habían planeado, y también asistió a sus últimas palabras, una reiteración de sorpresa traducible al español como “oh, vaya” o bien “oh, guau”.

El artículo del New York Times se corresponde con la elegía que leyó Mona Simpson en un servicio religioso ofrecido en memoria de Jobs en la iglesia de la Universidad de Stanford y realiza un interesante repaso a su vida en común, desde cómo se pusieron en contacto por primera vez a la inagotable capacidad de Jobs para trabajar duro cada día en lo que amaba hasta curiosidades como su lealtad a algo que le gustaba hasta el punto de adquirir múltiples unidades de algo que le satisfacía, ejemplificada, en palabras de Mona, en que probablemente Jobs guardara en su armario suficientes jerseys negros de cuello alto como para todos los presentes en el oficio religioso.

También comenta la importancia que el amor tenía en la vida de Jobs, amor expresado constantemente a través de su relación con su esposa y sus hijos. Genio y figura hasta el final, mientras estaba postrado en la UCI, intubado de manera que no podía hablar, pidió por señas un cuaderno en el que trazar bocetos de soportes para colocar el iPad en la cama de un hospital, así como equipamiento de monitorización médica, aparatos de rayos-x…─[The New York Times]

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