Un estudio de mercado en Estados Unidos señala que los consumidores de aquel país no están demasiado interesados en los coches con motores híbridos, y eso a pesar de que desde hace más de tres meses no ha parado de subir el precio del petróleo.
La razón parece ser que no están dispuestos a pagar los casi 3.000 dólares de más que suele costar un coche con motor híbrido, junto con las posibles complicaciones a largo plazo.
Los alñtos índices de contaminación y el alto precio del petróleo ha llevado a que las marcas de coches apuesten por esta tecnología. En esencia, un coche con mecánica híbrida lleva dos motores, uno de combustión interna y otro eléctrico. Como el eléctrico ayuda al de gasolina (o gasóleo), el consumo y la contaminación se reducen de forma muy notable.
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