Los científicos nos amargan “Armageddon”: es imposible acabar con un asteroide mediante bombas atómicas

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Aunque en el cine parece que con varias dificultades pero finalmente se puede conseguir dicho objetivo, en el Mundo Real™ resulta que no es tan sencillo. En concreto haría falta una bomba mil millones de veces más potente que la bomba atómica más potente jamás detonada en la Tierra.

A tal efecto se ha tomado como ejemplo un meteorito similar al que servía de argumento a la mencionada “Armageddon”. Teniendo en cuenta tamaño, densidad, velocidad, proximidad a la Tierra y un puñado más de factores diversos se determinó la cantidad de energía cinética y potencial que poseía. La conclusión es que serían necesarios 800.000 billones (billones europeos) para partir en dos al rocoso protagonista de la peli en la que Bruce Willis salvaba al mundo (y van…).

Como ejemplo, el artefacto nuclear más potente jamás detonado en el planeta Tierra fue “El Gran Iván” también llamada “La bomba Zar”, el orgullo del Ejército Rojo que desató 50 megatones (la que explotó sobre Hiroshima tenía “sólo” 13 kilotones) sobre el archipiélago ártico soviético de Nueva Zemlya en 1961. Pues ese petardo sería Pocoyó en comparación con lo que tendríamos que mandar (con Bruce Willis al mando) al meteorito de marras puesto que haría falta una potencia inimaginablemente superior.

En términos de eneergía, trabajo y calor, que es lo que miden los julios, la bomba Zar supuso 418.000 terajulios, y los científicos británicos han calculado que necesitarían 800 billones de terajulios (de nuevo, billones europeos) para conseguir librarnos de la amenaza del guijarro estelar transformándolo en polvo de estrellas. Y ahora sube toda esa potencia de destrucción atómica en un cohete y lánzalo al espacio. Como decían en “Armageddon”, súbete a bordo de un vehículo cargado con 2.000 toneladas de combustible, una bomba nuclear y 270.000 piezas construidas por el contratista más barato… te da seguridad ¿verdad?

Lo que no tranquiliza son estos cálculos que, además, tendrían que tener en cuenta la capacidad para preparar a tiempo una nave espacial que pudiese transportar semejante bomba atómica y que el meteorito en rumbo de colisión se detectase con la suficiente antelación para que dé tiempo a organizar todo este tinglado.

Pero ¡ey! saquemos algo positivo de todo esto. Si hace falta tanto para partir un guijarro espacial al final va a resultar que tampoco es tan fácil destruir nuestro propio planeta porque todo el arsenal atómico existente no tiene tanta potencia… ¿verdad? ¡¿VERDAD!? ─[University of Leicester]

 

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