Los espacios de la Campus: el museo

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A diferencia del Ágora, el puesto de control no está en el propio edificio, sino bastante antes, por lo que tanto el acceso a la zona de participantes y el auditorio es mucho más fluido. Además así los campuseros disponen de todo un lado del exterior para ellos solos.

La zona de participantes, siendo un bloque continuo de filas, es un poco más caótica y agobiante, y encontrar las cosas o pasar de un lado a otro no es tan sencillo. Además entre los enormes equipos, el techo más bajo y la menor cantidad de luz se vuelve un poco claustrofóbico comparado con el Ágora. Aunque también es cierto que es el lugar ideal par usar el ordenador sin que brillos o el sonido de los ponentes te distraiga.

La seguridad de esta zona es menor ya que es más amplia y además, por ciertos puntos se puede ir directamente al resto del museo y el problema es que sus accesos al exterior están abiertos para los que no participan en la Campus, y por tanto no tiene control campusero.

En cuanto a los servicios y limpieza, pues un poco de todo, gente muy correcta pero también puntos donde una unión de sudor, panchitos, dormir durante días frente a la pantalla y ausencia de ducha lleva a una involución humana importante.

Curiosamente aunque el tamaño, calidad y potencia de los equipos sigue en aumento, la zona de modding ha decaído bastante y las modificaciones curiosas casi se pueden contar con los dedos de la mano, aunque destacan la moto modificada de Alex Lebrero “Fireman” y el impresionante Chrysler de PLP.

Mañana os mostraré la zona de acampada y ocio donde los campuseros hemos estado conviviendo durante todos estos días. ¡Gizmosaludos!

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