Los japoneses, a punto de crear su propio ejército de toros zombies clonados gracias a unas criadillas
Os voy a contar una bella historia. En los años ochenta vivía Yasufuku, un toro nipón de gran prestigio considerado como el padre de la carne de vacuno de Hida, famosa por su rico sabor y textura. El semental vivió 13 años en una existencia plena, muy plena, dado que el 30 por ciento del ganado de la nación de hoy es descendiente de dicho animal. Dada la calidad de la familia, el arma de Yasufuku merecía pasar a la posteridad, por lo que sus testículos fueron congelados. Tras quince años se decidió por probar a crear un clon del toro partiendo de dichas criadillas. Hoy, ya van por el cuarto. Más tras el salto.
Para producir los clones los investigadores de la Universidad de Kinki de Osaka han empleado la transferencia nuclear de células somáticas, que permite precisamente usar el núcleo de las células extraídas de los órganos sexuales de los animales. El “renacimiento” de Yasufuku llega tras el experimento de un ratón que se pasó 16 años en la nevera y que, en noviembre del año pasado, fue clonado. Las conclusiones: 1-la carne de toro está mejor que la de ratón. 2- los resultados de estas pruebas arrojan que es posible la “resurrección” de especies valoradas por su alta calidad de sus carnes mucho tiempo después de que hayan muerto. Esta afirmación no implica que se pueda hacer lo mismo con Anna Nicchole Smith, pero quizás sí con los filetes de ternera congelados que se compran en el súper. —Alberto Payo [Pink Tentacle]