Miles de cámaras web accesibles con un simple click

Seguridad

Miles de cámaras web, muchas de ellas mostrando imágenes confidenciales y delicadas, están accesibles a través de Internet, usando un vulgar navegador.

Las cámaras web, o “web cam”, son pequeñas cámaras conectadas a Internet, típicamente, mediante un microsistema operativo integrado. En la mayor parte de los casos este microsistema no dispone de ningún mecanismo de control acceso, o el usuario simplemente desconoce su existencia o no lo cree necesario, conformándose con la mera ocultación de los detalles de la conexión. Muchas de esas cámaras están instaladas en lugares públicos, como calles, comercios o playas, pero otras se instalan como cámaras de seguridad en domicilios privados, guarderías infantiles, vestuarios, gimnasios, etc.

Encontrar una cámara web en particular manualmente puede ser una misión imposible, pero los buscadores web (por ejemplo, “google”) localizan e indexan esos dispositivos sin apenas dificultad, merced a su capacidad para investigar de forma metódica todos y cada uno de los enlaces existentes en Internet, por oscuros y ocultos que sean. Una vez indexados, un navegante curioso puede localizar cámaras “interesantes” simplemente buscando patrones más o menos distintivos en las URLs de los diferentes fabricantes de “webcams”.

Ni que decir tiene que esta accesibilidad universal muy posiblemente sea una sorpresa para la mayoría de los propietarios de las cámaras, que confiaban en el “no me conoce nadie” para obviar cualquier medida de seguridad en el acceso a dichos dispositivos. Al margen de situaciones embarazosas, evidentes, no sería sorprendente que alguien utilizase las cámaras de seguridad de un entorno determinado para espiar a sus mismos propietarios.

En los enlaces que se incluyen al final de este boletín, el lector podrá encontrar más información e infinidad de paisajes para visitar.

Hispasec recomienda a toda persona con una webcam conectada a Internet que utilice un modelo con mecanismos de control de acceso (y que los utilice correctamente, por supuesto), y si ello no fuera posible (e, incluso, preferiblemente) que se conecte la cámara a través de un ordenador que imponga restricciones de acceso, nunca conectar directamente la cámara a Internet.

Esto, obviamente, se complica enormemente en el caso de las nuevas cámaras web inalámbricas (Wi-Fi). Por ello recomendamos encarecidamente que este tipo de tecnología se despliegue siendo plenamente consciente de sus implicaciones.