Mire mi smartwatch, doctor: retos y promesas de la revolución mHealth

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Las apps, los dispositivos móviles y los wearables ofrecen cada vez más servicios relacionados con la salud. ¿Qué significa esto para pacientes y médicos?

Sobre la regulación: cómo saber que una app es de fiar

El reto más inmediato de la mHealth es el de la fiabilidad de todos esos gadgets  y apps. Al igual que uno no debe creerse todo lo que lea en Internet tras buscar en Google cuáles son sus síntomas (llegará además de forma casi segura a los peores escenarios posibles), las apps que se encuentran en la categoría “salud” no siempre contienen la información más correcta o actualizada.

“Que actualmente se puedan crear apps consideradas de salud sin que estas tengan que pasar ningún control regulatorio y que no sea necesario un contenido respaldado por una base científica, hace que muchas de ellas sean innecesarias y de dudosa calidad”, explica Iciar Zafra, Directora General de Saatchi & Saatchi Health en Barcelona, agencia de publicidad especializada en temas de salud.

Las cosas, eso sí, están cambiando. En algunos países como Estados Unidos, el Reino Unido o Australia se están desarrollando programas para controlar la calidad de este tipo de apps. En España también hay algo, aunque no a nivel nacional: la Agencia de Calidad Sanitaria de Andalucía ha lanzado su iniciativa Estrategia de calidad y seguridad en aplicaciones móviles de salud (CalidadAppSalud). El proyecto aporta “información de interés para los usuarios”, además de “un listado de recomendaciones para el desarrollo de aplicaciones”, explican desde la iniciativa andaluza. Las que lo cumplen reciben el certificado Distintivo AppSaludable.

¿Cómo deben ser las apps de salud ideales? José Francisco Ávila de Tomás, responsable del Grupo de Nuevas Tecnologías y Comunicación de la Sociedad Madrileña de Medicina de Familia y Comunitaria (SoMaMFyC), lo resume en tres puntos: deben contener “información contrastada, independiente y cierta”, contar con “sistemas de mediciones validados”, y con “sistemas seguros de transmisión de datos”.

Otro de los aspectos que destacan tanto Iciar Zafra, como desde CalidadAppSalud, es el de la usabilidad y accesibilidad de las aplicaciones. Según Zafra, las apps deben “integrarse en la vida de los pacientes” e ir “acorde con su públcio, adaptando la app a él, tanto a nivel de utilidad como de contenido, lenguaje y diseño”. Si esta adaptación total no es posible, los contenidos y servicios deberían “estar orientados para un uso eficiente, efectivo y satisfactorio para el mayor número de personas posible”, basándose en principios de Diseño Universal, apuntan desde CalidadAppSalud.

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