El objetivo de esta comercialización es el de demostrar sus progresos técnicos en materia de innovación para recuperar una imagen corporativa dañada en los últimos años.
La compañía presentó en Tokio un pequeño vehículo de pruebas basado en el Colt e impulsado por baterías de ion colocadas en las ruedas traseras. El modelo carece de transmisión ya que la disposición separada de los motores permite gobernar la dirección y el frenado de forma independiente.
“Para una empresa como la nuestra, con pequeñas ventas en este campo, esta es una manera de asegurar una presencia significativa”, indicó el responsable de Producto, Desarrollo y Ventas al Exterior de Mitsubishi, Tetsuro Aikawa.
El directivo de Mitsubishi señaló que este coche eléctrico, que estará disponible para realizar pruebas el próximo año, tiene una autonomía de 150 kilómetros con una sola cara, y añadió que la batería puede recargarse en casa.
Según responsables de Mitsubishi, este modelo tendrá un precio ligeramente superior al de un vehículo con motor de gasolina, aunque esperan contener los precios gracias a las ayudas otorgadas por el Gobierno japonés para la producción de coches ecológicos.
Mitsubishi Motors está siendo sometido a un programa de reconstrucción tras repetidos escándalos ocasionados por la ocultación sistemática de defectos de fabricación resultantes en accidentes mortales y detenciones de directivos.
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