El ACM Wallet tiene un mecanismo que impide que las tarjetas salgan de su alojamiento hasta el momento en que aprietas uno de los seis botones que permiten que la tarjeta seleccionada asome por la ranura para que tus pecadoras manos se apoderen de ella, con lo tranquilita que estaba, y procedan a atacar con saña tus saneadas cuentas bancarias. Cada botón cuenta con un pequeño dibujo que te ayuda a identificar la tarjeta que necesitas en cada momento.
Para los más adinerados (o aquellos que pertenecen a un montón de clubes de acceso restringido) hay también una versión que permite guardar 12 tarjetas. Ambos modelos cuentan en su parte posterior con una pinza para sujetar billetes (no todo va a ser dinero de plástico) y espacio para grabar tu nombre, el logo de tu empresa o los PIN de las tarjetas de crédito por si se te olvidan, con esa mala cabeza que tienes. — Antonio Rentero [ACM Wallet]
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