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Nightcrawler y sus 11 escalofriantes verdades sobre el mundo de los emprendedores

Nightcrawrler es una película dirigida por Dan Gilroy que cuenta la vida de Louis Bloom, un ladrón y vendedor de segunda mano de Los Ángeles -interpretado por Jake Gyllenhall- que está buscando trabajo y, de manera casual, descubre el mundo de los paparazzis de sucesos nocturnos, freelances del audiovisual que se dedican a grabar accidentes, asesinatos, incendios y todo tipo de tragedias humanas y urbanas para vendérselas como carnaza a las cadenas de televisión. Seducido por el mundo del periodismo criminológico, decide hacerse con su equipo de vídeo y pinchar las emisoras de la policía para llegar antes a los sucesos.

Es la historia de un personaje hecho a sí mismo, un empresario ambicioso que solo mira por su negocio, sin importarle -literalmente- los cadáveres que deja por el camino. La cinta nos aporta algunas lecciones espeluznantes relacionadas con el mundo de los emprendedores:

1- El trabajo duro y la cultura del esfuerzo- Trabaja, trabaja y trabaja. Ser emprendedor es trabajar sin horarios, todo el día y a cualquier hora. O eso es lo que nos quieren hacer creer. Bloom se nos presenta como un ladrón de poca monta que por la noche roba material de obra para revenderlo, sin embargo, asegura tener una gran fe en la perseverancia y el trabajo duro. “Si quieres ganar la lotería, tienes que tener el dinero para comprar un boleto”, es la frase que resume su filosofía.

2-Es más lo que se dice que lo que se tiene- Louis Bloom es un hombre bebido de su ego que es capaz de exagerar las cosas hasta límites insospechados y darse una importancia que no tiene. Alguien que pone CEO en su tarjeta de visita, aunque ni siquiera tenga una empresa que dirigir. Y cuando la tiene, habla de ella como una gran productora. Como no hay cuentas de resultados ni cotizaciones en bolsa, todo es especulación. Es una burbuja sobre otra burbuja, un paradigma que ocurre constantemente en el mundo de las startups, con valoraciones desorbitadas y exits milmillonarios de empresas con uno o dos años de vida.

3-Copiar lo que hace el otro e intentar hacerlo mejor- Una valla publicitaria nos deja un mensaje subliminal en un momento de la película: Focus. Los enormes y fríos ojos de Louis son capaces de observar todo lo que le interesa y replicarlo en muy poco tiempo. El protagonista de Nightcrawler aprende muy rápidamente lo que hacen sus rivales e incluso les agradece a Joe Loder la información que le proporcionan antes de comenzar a dedicarse al negocio. A veces basta con copiar una idea o negocio de otro y aplicar pequeños cambios para triunfar. Facebook no fue la primera red social, ni Google fue el primer buscador.

4-Contratar o intentar explotar a alguien vendiendo que es una gran compañía- A Louis le basta con tener un único cliente y hacer una sola venta de 250 dólares para lanzarse a contratar empleados. ¿Para qué esperara más? Es directo, ambicioso, tiene poca tolerancia a la frustración y quiere que su proyecto escale cuanto antes. El nightcrawler se vende (y vende su empresa) como nunca al personaje interpretado por Riz Ahmed. Le basta con ver a una sola persona. No necesita hacer muchas preguntas para saber que tiene alguien enfrente que necesita el trabajo y que es manipulable y moldeable. En el mundo de los emprendedores se da mucho este patrón. Se contrata a becarios o personas part-time sin salario o con un sueldo casi inexistente con la promesa de la formación y la oportunidad de trabajar en una gran compañía al alza.

5- Los vendedores de humo o el todo se aprende en la red- En un momento de la película el protagonista le asegura a la directora de la cadena de televisión, interpretada por Renne Russo, que ha aprendido cómo montar su negocio a través de un curso online para emprendedores. No sabemos si es cierto lo que afirma este mentiroso compulsivo, pero podría serlo, si se tiene en cuenta la cantidad de frases y ‘mantras’ de motivación y coaching que el paparazzi repite durante la cinta. Constantemente vemos es que el personaje de Gyllenhall lo busca todo en Internet y, con eso, le basta. Su universidad es Google y sus prácticas laborales, la calle.

6-No importa lo loco que esté alguien, siempre hay gente dispuesta a seguirlo- Pasó con Hitler. Pasó con Steve Jobs. Pasó con Jenaro García. Para muchas personas estos personajes pueden ser locos y desequilibrados, pero lo cierto es que han sido líderes generadores de gran magnetismo a su alrededor. Son excepcionales profesionales del marketing para venderse y vender su producto. Se creen y viven su propia realidad y hacen creérsela a los demás, convirtiéndola de cierta manera en real. Cuando alguien así llega al poder, pueden ocurrir grandes cosas o grandes desgracias. El personaje que interpreta Gyllenhal es exactamente de esta manera. Como ladrón y vendedor de segunda mano, nadie le escucha ni le tiene en consideración, pero como propietario de una empresa mediática que no deja de ascender, puede ser muy peligroso. Puede influir en una cadena de televisión y crear clones de sí mismo, como acaba haciendo con el personaje de Ahmed.

7-No importa lo bueno que seas en lo que haces. La tecnología puede dejarte atrás- Está pasando todos los días. Hay profesionales muy buenos y con mucha experiencia en sus oficios que se ven desplazados por gente que le sabe sacar partido a las nuevas tecnologías. Es el pan de cada día con sectores como los del transporte o el alojamiento y el crecimiento de la economía colaborativa. Los competidores de Video News compran otra furgoneta, nuevas cámaras y comienzan a subir sus vídeos sobre sucesos a un FTP para que las cadenas de televisión tengan un acceso más rápido a ellos. Estos avances dejan a Bloom desfasado y retrasado.

8- No vendas hasta que no sea el momento- Las startups que empiezan a crecer y ganar masa crítica son dulces caramelos para los inversores y para otras compañías rivales, que quieren absorber su negocio para eliminar competencia o hacerse con alguna de sus particularidades. Cuando se compite con alguien más grande y poderoso, la presión es insoportable, pero en muchas ocasiones es mejor resistir, esperar para una venta o seguir operando de manera independiente. Snapchat no se dejó tentar ante la oferta de 3.000 millones de dólares de Facebook. Cuando Joe Loder le ofrece trabajar conjuntamente con su empresa, Louis rechaza la oferta y manda a su rival lejos. Luego llegará a pasarlo mal al darse cuenta de que no es lo suficientemente rápido ni tiene la tecnología que su competencia.

9-Gente sin escrúpulos capaz de hacer lo que sea por llegar al “siguiente nivel”– Es duro de decir, pero la mayoría de emprendedores no quieren resolver un problema global para la sociedad cuando emprenden, solo montan startups para ganar dinero. A su vez, los inversores están interesados en las compañías porque también quieren ganar dinero. En la sociedad capitalista en la que vivimos se nos insta a que compitamos, que subamos, que ascendamos. Como empresas emergentes, las startups nacen para escalar, para superar fases y subir de escalafón. Louis funciona por objetivos, habla siempre del “siguiente nivel” y no tiene ningún reparo en quitar de en medio a quién le suponga una molestia para ello. Da igual que sea un compañero de profesión o un empleado. Tampoco en acostarse con Nina y amenazarla, aprovechándose de sus debilidades y su miedo a ser despedida por las bajas audiencias.

10-En algunos mercados, solo se gana llegando antes que el resto- Como decíamos antes, no siempre el primero que llega es quién triunfa. Muchas veces es mejor que otro aterrice en un mercado, abra camino y nos vaya cortando el aire. Sin embargo, hay ciertos sectores, como el de los medios de comunicación, en los que se lleva el gato al agua quién primero da una noticia, quién tiene la exclusiva, el que consigue antes unas imágenes.

BONUS TRACK

11-Hay psicópatas dirigiendo grandes empresas- Los psicópatas no solo están en las películas o acechando en los parques. La cruda realidad es que los hay dirigiendo partidos políticos o sentados en los comités de empresa. Un psicópata no comprende el sufrimiento de los otros, carece de empatía, una cualidad muy valiosa para llegar alto. No importan los demás, no hay valores, moralidad o conflictos éticos que valgan. Lo importantes es estar arriba a cualquier precio. Queda claro al final de la película que Louis es un psicópata, que solo gesticula de manera artificial y al que “no le gusta la gente”. Solo la utiliza para alcanzar sus fines. Aunque sean capaces de hacerlo, no todos los psicópatas asesinan, porque hay maneras sutiles de acabar con los demás.

Alberto Payo

Redactor jefe de ITespresso.es. Comunicador audiovisual y periodista digital desde hace más de una década y tecnológico desde hace casi 7 años. Dentro de las TIC, interesado por la movilidad, las startups, los emprendedores y las apps. Fuera de ellas, aficionado al cine, la fotografía, los cómics, los viajes y los monólogos.

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