Puede que nunca una final de la Copa Argentina haya ocasionado que la tierra tiemble, pero desde luego en esta ocasión sí había sismógrafos instalados para probarlo.
Picos sísmicos de 6,2 y 6,4 puntos en la escala de Richter ocasionados por los saltos y los bailes de la hinchada de Boca Juniors constituyen sin duda la prueba de que el Estadio Bicentenario de San Juan está bien construido. Fue capaz de aguantar ese “meneo” y no venirse abajo.
La acción constituye la excusa perfecta para que Nike la convierta en protagonista de una de sus espectaculares campañas publicitarias que arranca con un sugestivo “dicen que La Bombonera late“, en referencia al campo de juego habitual del Boca, para a continuación demostrar que su afición es capaz de hacer vibrar el estadio incluso cuando no juega en casa. ─[Briefblog]
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