Hasta ahora la participación de estos aviones manejados a distancia se había limitado a labores de inteligencia, vigilancia y control aéreo de actividades.
Ahora se les va a dotar de armamento con misiles Hellfire, que nada más que con el nombre (fuego del infierno) ya acojonan lo suficiente. Si además tienes en cuenta que los Predator son tremendamente manejables, más difíciles de detectar por el enemigo por su pequeño tamaño y que además no ponen en peligro la vida de sus pilotos, que los manejan cómodamente desde la base a una más que prudencial distancia, se puede considerar que el uso de esta temible tecnología puede ser de gran relevancia en la solución al conflicto que se desarrolla en Libia. ─Antonio Rentero [The Washington Post]
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