Consiste en un pequeño dispositivo con una “pantalla” EAP, capaz de mostrar en Braille el nombre y descripción de los platos de la carta. Pero si ya de por si eso lo hace genial, lo mejor es que además podemos saber como huelen, gracias a un dispensador electrónico de olores similar a éste.
Por ahora es un concepto desarrollado por los diseñadores Liu Jie, Wen Ho y Liu Dongming, por lo que puede que nunca llegue a fabricarse. Aunque si lo hacen sería genial tanto para ciegos como para los que ven.
Eso sí, ya puestos a mostrar más fielmente la comida, ¿por qué no poner directamente un cacho en la carta para verlo, olerlo, lamerlo y ya que estamos darle un bocado? Es más, por lo que se paga en algunos restaurantes, deberíamos exigir que hasta nos cortaran el filete, nos hicieran el avión o incluso regurgitaran nuestra comida. [Ubergizmo]
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