Por qué BlackBerry lo sigue intentando

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La firma acaba de lanzar un nuevo smartphone con teclado físico. ¿Simple y pura nostalgia o un intento digno de volver al mercado?

Hay algo de nostalgia y algo de simple tozudez en el hecho de que, en pleno 2017, BlackBerry se resista a rendirse por completo al dominio de la pantalla táctil. En un mundo acostumbrado a escribir a velocidades vertiginosas en un teclado en el que ya no sentimos cada botoncito hundirse bajo los dedos, el teclado físico parece algo obsoleto e innecesario en un smartphone. Sin embargo, BlackBerry sabe que es su elemento distintivo y definitorio, razón por la que su nuevo KeyOne tiene uno.

Aunque quizá haya que empezar por lo primero que llama la atención de todo esto a mucha gente: ¿existe todavía BlackBerry? ¿todavía vende teléfonos? La última década —y esto es casi lo más impresionante de todo, hace solo diez años de todo esto— fue una de decisiones desafortunadas para la compañía. La más importante y que provocó su práctica desaparición, la de no saber ver que la pantalla táctil había llegado para quedarse.

Cuando en 2007 Apple lanzó el primer iPhone, BlackBerry era la reina del mercado profesional y de la productividad. Los únicos smartphones eran los suyos y la llegada del juguete de Cupertino al mercado provocó, al menos de forma pública, únicamente risas entre los ejecutivos de la compañía. El iPhone era solo una curiosidad, pero no algo que supusiese una amenaza. ¿Ser productivo en un teclado táctil? Imposible.

El resto de la historia no hay ni que contarla. Diez años después (y mucho antes, en realidad) las pantallas táctiles están en todas partes y los teclados físicos han desaparecido de los smartphones. Con ellos, desaparecieron también del mercado las firmas que antes lo dominaban, con dos nombres principales a la cabeza: Nokia y BlackBerry

El año de la nostalgia

Pero pese a lo que cualquiera sería capaz de predecir, en 2017 esas dos compañías vuelven a llenar titulares estar intentando volver o por lo menos intentar que su salida definitiva sea más digna. Nokia ha vuelto a hacer smartphones de la mano de dos firmas, una china y una finlandesa, a las que ha cedido los derechos de marca (siempre y cuando ellos puedan tener siempre una palabra final sobre diseño y otros aspectos). Blackberry de la mano de TCL, también un fabricante chino con sus derechos de marca.

Pero ¿tiene sentido volver cuando parece claro que no pasarán de ser una simple anécdota? No está claro si de verdad las empresas implicadas esperan hacerse un hueco en el mercado o si se trata simplemente de sus cantos de sirena. Tanto los finlandeses como los canadienses pasaron de lo más alto a lo más bajo, de estar en todas partes a ser sinónimo de tecnología pasada. Sus intentos en el mercado de los smartphones se recuerdan con cierta condescendencia, como si fuesen dinosaurios que nunca supieron adaptarse.

Tanto Blackberry como Nokia parecen estar intentando, por lo menos, borrar ese ridículo y dejar sabor de boca. Las reviews de los smartphones de los finlandeses destacaron en su momento que sus productos nuevos eran lo que tenían que haber lanzado hace siete años. Del BlackBerry KeyOne se está diciendo lo mismo. No obstante, en un mercado tan saturado y establecido, el favor de la crítica y los analistas no es suficiente.

¿Será el KeyOne un superventas? ¿Hará que se ponga de moda que los smartphones tengan teclado físico? Todo el mundo tiene claro —posiblemente hasta ellos mismos— que no, pero es siempre mejor que tu último producto sea uno respetado que uno ridiculizado. Y parece que al menos eso sí lo van a lograr.

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