¿Qué quiere esto decir? Pues que se acabo la discriminación entre fabricantes y dispositivos, no hay barreras para el software, aunque sí para el hardware.
Esto por un lado es genial porque permite a desarrolladores y a fabricantes hacer prácticamente lo que les de la gana a la hora de crear versiones de Android, pero en eso mismo está también su maldad porque podremos esperar verdaderas barbaridades y engendros.
La libertad es lo que tiene, pero aún así mientras los dispositivos tengan el bootloader cerrado seguiremos teniendo una libertad a medias y eso pasará siempre no sólo porque cada fabricante quiere diferenciar y personalizar la experiencia, sino porque muchos crean software propio repitiéndose en muchos casos esfuerzos para crear las mismas aplicaciones.
De todas maneras hoy es un día feliz para Android, sus usuarios y en general todo aquel que use un móvil porque esto supondrá mucha más oferta y libertad para todos. Ya depende de nosotros que todo esto no se convierta en un Mad Max tecnológico. [Android Open Source Code Project]
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