Uno de cada cuatro propietarios de pymes echa horas sin remunerar para aliviar el aumento de costes
Un estudio muestra que el 86% de las pequeñas y medianas empresas tratan de minimizar sus gastos generales para poder mantener sus precios.
La disparada inflación está suponiendo un verdadero reto para las pequeñas y medianas empresas, que se enfrentan a un gran aumento de distintos costes y que hacen malabares para no trasladarle esta subida a sus clientes finales.
Una encuesta llevada a cabo entre medio millar de pymes -y de la que se hace eco el diario británico The Sun- señala que en medio de la subida de la subida de costes generalizada el 86% está buscando minimizar sus gastos generales para hacer frente a más incrementos o mantener sus precios como están.
Para esto último el 33% de las pymes encuestadas está monitorizando cuidadosamente sus facturas de la luz y energía, otro 33% está recurriendo a proveedores más baratos y un 28% ha congelado la contratación de personal.
Además, un 26% de los propietarios de pequeños negocios se ha puesto a trabajar horas sin cobrar para aliviar la presión financiera.
El estudio pone de manifiesto que las facturas de combustible, las materias primas y el gas y la electricidad son los principales ‘costes ocultos’ al alza que ejercerían presión sobre el precio final de su producto o servicio para el consumidor.
Por otro lado, un 28% lucha con la incertidumbre que supone no saber a cuánto ascenderá su próxima factura de la luz. Para vigilar esto un 72% se ha hecho con un medidor inteligente o está pensándose adquirir no para administrar mejor su gasto de energía.
El panorama pinta negro para los emprendedores. El 61% cree que subir sus precios más será inevitable si la situación continúa y el 77% espera subirlos en los próximos seis meses.
La subida de precios como último recurso
No obstante, para quienes han tenido que aumentar sus costos, el 85% ha señalado que este aumento es el ‘último recurso’. Y es que los empresarios con conscientes de que estas subidas no suelen gustar a sus clientes habituales.
Un 44% ha indicado que estos han sido comprensivos con las subidas, pero el 53% habría perdido algo como resultado de elevar los precios.