Quédate con su cara, quizás pase a la historia como el tipo que acabó con las neveras playeras de plástico azul

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Admitámoslo, a nadie le gusta la cerveza caliente. Y esto debió ser lo que inspiró a Ken para estrujarse la cabeza. Según él, es sencillo: las células plásticas de enfriamiento presionan un compartimento que alberga el dióxido de carbono líquido. El CO2 líquido se expande y es presurizado en hielo seco en la base de la células refrigeradoras. Después lo metes en tu bebida y ya está. El dispositivo es un poco más grande que un lápiz y puede enfríar 30 botellas de 330ml a un coste de siete centavos de dólar cada una. Ken está patentando el invento y su intención es venderlo al por menor a 50$ cada uno. La reflexión es: con todos los botellones que se celebran en España cada finde, ¿cómo no se nos ha ocurrido a nosotros? Amigos, invitad a vuestros primos empollones a las fiestas, quizá os hagan ricos algún día — Eduardo Lozano. [Nzherald vía InventorSpot]