Rascacielos submarinos, el terror de las ballenas y el Nautilus

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Sin duda es buen material para la ciencia-ficción. La energía de la construcción -casi ciudad- vendría dada por paneles solares situados en la superficie, además usar otras fuentes verdes como la eólica, maremotriz, cinética… Además, en la superficie se cultivarían plantas y criarían animales. Los cultivos hidropónicos y la “acuacultura” producirían alimento adicional, ideal si os gusta el sushi y los onigiris con productos del día.

Esos tentáculos que podéis ver se iluminarían para atraer a la fauna marina, que en su danzar alrededor de ellos provocarían pequeñas corrientes de agua que los extremos de los tentáculos aprovecharían como energía cinética. Lo que yo me pregunto es qué pasa si viene la ballena y se zampa uno de los tentáculos, llevándose la construcción consigo.

Además, los tentáculos podrían inflarse y desinflarse de manera dinámica, lo que permitiría al rasca-peces estar correctamente balanceado.

El objetivo del concepto es usar un 100% de energías renovables, además de permitir extenderse al hombre por el 71% de superficie marina que tiene nuestro planeta, mayor que la terrestre. Ya puede tener cuidado el Nautilus si no quiere pegársela. — Javier G. Pereda [eVolo]

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