Sellos informáticos para frenar el spam
Diferentes empresas se plantean un método para limitar los mensajes no
deseados, que consistiría en obligar a pagar un precio por cada correo
electrónico.
Los internautas podrían tener que pagar por cada correo electrónico que
envíen si prosperan las iniciativas de Microsoft y otras compañías que
proponen sellos informáticos para frenar la plaga del correo basura o
spam.Este sello informático es, en opinión de Bill Gates, fundador de
Microsoft, la solución contra esta plaga, que ya supone la mitad o las
tres cuartas de todo el correo electrónico.
Microsoft ya
anunció detalles sobre su proyecto Penny Black, en referencia al sello
que se introdujo en Gran Bretaña en el siglo XIX, el primer método que
obligaba a pagar al remitente en lugar de al destinatario, según informa
EFE.
De acuerdo con esto, la iniciativa sugiere que el remitente
pague el franqueo con los segundos que emplearía en resolver una
sencilla ecuación matemática.
Aunque las molestias para
los internautas serían mínimas, alegan los investigadores de Microsoft,
la fórmula causaría un gran trastorno a los propagadores de correo
basura o spammers, que tendrían que utilizar equipos informáticos
adicionales para resolver las ecuaciones.
Por su parte, Goodmail
Systems también planteó a Yahoo! y otros proveedores de correo
electrónico un método para frenar el spam, que consistiría en obligar a
los spammers a pagar un precio por cada correo electrónico.
En este caso, indica Goodmail Systems, los internautas individuales y las
compañías sin ánimo de lucro dispondrían de un número de correos que
podrían enviar gratis. Sin embargo, muchos críticos consideran esas
propuestas una herejía contraria al espíritu de Internet, según añaden
las mismas fuentes.
Los interrogantes se amontonan: no está claro
dónde iría a parar este dinero, quién llevaría las cuentas o cómo se
obligaría a las empresas a abonar estos pagos. Por no hablar de los
problemas de censura, de conversión de moneda o los derivados de que
alguna gran compañía decida que merece la pena gastarse 1.000 dólares,
por ejemplo, por enviar millones de correos basura.