Sharp se encuentra en los últimos tiempos en una de sus posiciones más delicadas hasta la fecha. La creciente presión ejercida por sus rivales, incluyendo no sólo grandes como Samsung, sino también pequeños fabricantes chinos, ha dejado a la compañía japonesa en una situación muy complicada.
La posición de Sharp en el mercado es tal que parece que tendría que intervenir el fondo gubernamental japonés Innovation Network Corporation of Japan (INCJ), a su vez mayor accionista de Japan Display, y que podría terminar invirtiendo 1.700 millones de dólares.
Esta inversión podría suponer una fusión entre la división de pantallas de Sharp y Japan Display, pero por otro lado se plantea también la posibilidad de que otros inversores extranjeros como Foxconn o KKR hagan una fuerte inversión en la compañía.
Por otro lado, Sharp está pidiendo a los bancos Bank of Tokyo-Mitsubishi UFJ y Mizuho Bank que transformen sus créditos de 1.300 millones de dólares en acciones de la empresa, lo que por un lado les daría mayor control en la misma, pero que reduciría la presión económica de la compañía japonesa.
En cualquier caso Sharp todavía está lejos de recuperarse, pero puede que al menos esta semana su futuro sea menos incierto y se aclare cuál será su plan en los próximos meses.
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