Tras la experiencia con sus portátiles VAIO, el que Sony terminara vendiendo su división de móviles no era algo descabellado. De hecho los malos resultados de esta división de la compañía japonesa parecían asegurar que ese iba a ser su destino tarde o temprano.
Los rumores sobre una venta de su división móvil se incrementaron con la publicación de los últimos resultados trimestrales de Sony, en los que su división móvil redujo sus ingresos un 16,3% y tuvo unas pérdidas de 188 millones de dólares.
Ante esta situación, incluso los responsables de Sony aseguraron que si en 2016 la tendencia no cambiaba y empezaban a obtener beneficios, terminarían deshaciéndose de su división móvil. Pero lejos de no tratar de hacer cambios para mejorar su situación, parece que Sony tiene pensado incluso abrir su primera fábrica de smartphones en 20 años.
La última vez que Sony construyó una fábrica para móviles fue en 1995 en Beijing, ahora su destino sería Tailandia, cuyo objetivo será la fabricación de varios millones de smartphones al año.
Con esta fábrica, Sony no sólo deja claro que no ha tirado aún la toalla, sino que también busca reactivar su posición en el sector, que aunque en Japón y países europeos como España y Reino Unido no es mala, globalmente está muy por detrás de otros fabricantes totalmente consolidados, así como muchos de los grandes fabricantes procedentes de China.
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