No ha habido tiempo para un último baile entre Sony y Ericsson, pareja desde hace una década. La compañía nipona ha puesto fin a la prolongada relación con la sueca tirando de talonario.
Sony se ha hecho con el control total de su joint venture, pagando por la operación 1.050 millones de euros. La japonesa quiere integrar toda la gama de productos de Sony Ericsson en su portafolio y reforzar así su línea de juegos, tablets y otros dispositivos electrónicos de consumo para presentar batalla a rivales como Samsung o Apple.
En palabras del CEO y presidente de Sony, Howard Stringer: “Podremos ofrecer a los consumidores más rápidamente y ampliamente, teléfonos inteligentes, portátiles, tabletas y televisores que conecten unos con otros y abrir nuevos mundos de entretenimiento online”.
Esta operación proporcionará a Sony el acceso a los acuerdos de licencias cruzadas que mantenía con Ericsson en referencia a algunos de sus productos y servicios. Igualmente podrá disfrutar de cinco familias de “patentes esenciales en materia de tecnología de telefonía inalámbrica”, explicaba el ejecutivo.
Se espera que el proceso de adquisición se cierre en enero de 2012. Ahora sólo queda saber cuándo tardará Sony en renombrar los productos de Sony Ericsson y eliminar su sello.
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