Splinter Cell

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Este juego de arcade desarrollado para Xbox viene a ponérselo difícil a Metal Gear Solid 2, que además es un juego que no está disponible para la consola de Microsoft.

Un arcade como la vida misma

Aunque se trata de un arcade, Splinter Cell es el juego de infiltración más real y con más detalles que han pasado por mis manos. Detalles como el PDA que llevamos para informarnos, la cámara que mira por debajo de las puertas o el modo francotirador (en el que habrá que contener la respiración para apuntar bien) lo convierten en casi un simulador.

Ni que decir tiene que uno de los puntos fuertes son el gran número de dispositivos que llevará nuestro héroe. Gafas de visión nocturna y termal, todo tipo de armas, la capacidad de pegarse a las paredes para no ser detectado en las sombras o la habilidad para escalar casi cualquier superficie y quedarse colgado entre dos paredes… El abanico de acciones no tiene fin.

El sistema de control ha sido pensado para ayudarnos y facilitar las cosas. De esta manera, según el objeto al que nos acerquemos, el juego intuye nuestra acción, con lo que no habrá que volverse loco buscando botones o memorizando cada uno de los movimientos.

A nivel gráfico Splinter Cell sobresale. Las texturas son impresionantes, los efectos de luz, de lo mejorcito del mercado, y los movimientos de los personajes, fluidos y nada forzados. Sólo decir que el juego funciona con el motor de Unreal Tournament. Además, los diálogos están traducidos al castellano.