En un comunicado, T-Mobile UK, parte de Deutsche Telekom AG, dijo haber contactado con la Oficina de la Comisión de Información (ICO por su siglas en ingles) después de descubrir que un empleado estaba pasando información y creer que la investigación daría lugar a un juicio.
Desde esta oficina han dicho que los datos se vendieron por “una sustancial cantidad de dinero” a intermediarios que trabajaban para otras compañías de telefonía móvil. Las autoridades han confirmado que los datos de los clientes que se han estado vendiendo tiene que ver con sus contratos, incluidos sus nombres y direcciones así como la fecha en que caducaban.
Los compañías rivales compraron esos datos y los utilizaron para hacer llamadas a clientes, ofreciéndoles un nuevo contrato con un nuevo operador.
Por lo tanto miles de cuentas de clientes se han obtenido de manera ilegal y, aunque aseguran que la práctica es rentable, las autoridades han dicho que seguirán investigando hasta el final de la trama.
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