Durante el verano los mosquitos, bueno, en realidad las “mosquitas embarazadas”, nos la lían por la noche no dejándonos dormir y con picaduras cuyas ronchas nos dejan peor que el hombre elefante. Hace nada os hablamos de la drástica solución de acabar con ellos disparándoles y ahora os ofrecemos una alternativa aún más destructiva, un lanzallamas.
