Tecnologías al servicio del poder

EmpresasSeguridad

Estados y multinacionales lanzan iniciativas para aumentar el control de lo que circula por Internet, cercenando en algunos casos el derecho de los ciudadanos a la privacidad y las libertades de expresión e información

Facebook vigila muros y chats

Pero Apple no es la única compañía que está desarrollando tecnologías destinadas a proteger la seguridad y que, en opinión de algunos, cercenan algunos de los derechos fundamentales de los ciudadanos. Facebook ha anunciado recientemente que está vigilando tanto las actualizaciones de algunos usuarios como las conversaciones en el chat con mayores y menores de edad como protagonistas. El objetivo, en principio, es detectar actividades criminales, como la pederastia, y notificárselas a las fuerzas de seguridad.

Sin embargo, vigilar las comunicaciones de los ciudadanos sin autorización judicial previa es ilegal en España. Así lo apunta Samuel Parra, quien explica que “en nuestro Estado se garantiza constitucionalmente el secreto en nuestras telecomunicaciones hasta el punto de que la normativa que regula la conservación de datos relativos a las comunicaciones electrónicas y a las redes públicas de comunicaciones, la Ley 25/2007 de 18 de octubre, no prevé que en ningún caso se almacene el contenido de las comunicaciones electrónicas”.

No sucede lo mismo en Estados Unidos donde, tal y como recuerda María Loza, la Patriot Act “permite la intervención de comunicaciones realizadas por los ciudadanos sin autorización judicial previa, si resulta necesario en la lucha contra el terrorismo”. Y como ejemplo, la abogada de Prodat Catalunya recuerda el caso de un activista del movimiento Occupy Wall Street, cuyos tuits exigió un juez. Aunque Twitter se negó inicialmente a proporcionarlos basándose en la libertad de expresión y el derecho a la privacidad de sus usuarios, finalmente acabó accediendo. En opinión de Loza, “este caso es importante porque los tuits ya no eran accesibles debido a que el activista había cerrado su cuenta”. Por tanto, lo que se permitió fue acceder a una información previamente borrada o “hecha no accesible” por el usuario.

En cualquier caso, nada mejor que prevenir para que lo que hagamos o digamos en las redes sociales no pueda volverse algún día en nuestra contra merced a posibles reformas legales que sitúan a la seguridad por encima de la libertad de expresión o la privacidad. Así lo resume Jorge Campanillas: “Debemos leernos las condiciones de uso de las redes sociales para saber cómo van a tratar nuestros datos y nuestras conversaciones y conocer los parámetros de privacidad que se les aplican”, ya que “quizás nos llevaríamos más de una sorpresa sobre el uso de nuestras conversaciones, no sólo para estos casos graves, sino incluso para vendernos publicidad en función de nuestros comentarios”.

Lea también :