Parece un típico producto de teletienda más falso que el graduado escolar de un cani poligonero, pero según nuestros compañeros y numerosos testimonios, aseguran que funciona de verdad.
Su secreto está en que los venenos de numerosos insectos son sensibles al calor. Al colocar la punta de Therapik en la picadura y pulsar el botón, se aplica calor que debemos mantener entre 30 y 60 segundos.
Teóricamente este calor se encuentra en el rango de temperatura preciso para desactivar el veneno de casi 20.000 especies de insectos y criaturas marinas, aunque no sirve para arañas ni reptiles.
Utiliza una pila de 9V y, aunque es cierto que tiene una pinta innoble que no ayuda para nada a creer que puede funcionar de verdad, la FDA estadounidense confirma también que funciona.
Pesa muy poco y sólo ocupa 3 x 3 x 10 centímetros, por lo que podrás llevarlo siempre contigo a cualquier sitio. Su coste de 13 dólares merece bien la pena si te evita luego tener que estar rascándote como si fueras Melody con el baile del gorila. [Therapik]
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