En 2014, ante la decisión de varios conductores de Uber de no aceptar pasajeros con perros guía, la National Federation of the Blind de EEUU terminó llevando a Uber a juicio, al considerar que denegar servicios por llevar un perro guía era discriminación.
El juicio ha ido evolucionando y ha llegado un punto en el que Uber ha terminado cediendo y ofreciendo un acuerdo, que todavía tiene que ser aprobado por el juez, y en el que se compromete a pagar a la federación 225.000 dólares durante 3 años, además de obligar a sus conductores a aceptar pasajeros con perros guía, si no quieren que desactiven su cuenta.
Para asegurar que esta nueva norma de Uber se lleve a cabo, la empresa publicará una política respecto a los animales que ofrezcan servicios a los pasajeros, en la que explicarán la obligación de aceptarlos y mandará pop-ups en la aplicación para recordar a los conductores este cambio.
Por su parte, la National Federation of the Blind comprobará la aceptación de esta nueva política de Uber por parte de sus conductores, con varios servicios de prueba por todo el país. Por ahora no se sabe si se aceptará el acuerdo, ni cómo afectará al resto de países tras su aprobación en EEUU.
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